Veleidosa

Infanta deslumbrante, caprichosa,
retozos del cortijo, él, maestro,
formado confesor e hiriente prosa.
Me destruye la burla, fui cabestro.

El día que juraste ser su esposa
cubriste tus madejas. Nudo diestro;
al grillete lo llamas mariposa.
Engañoso pudor, perdí lo nuestro.

Al burgués, campanillas y mi glosa.
¡Ave! paisano, luminoso estro.
Capitula el peón. Quiera la diosa
no ser bala del golpe más siniestro.

Sonríe la princesa veleidosa
libando del cenit, bedel ancestro,
licores indulgentes de sucrosa.
Mi túmulo será su padrenuestro.

José Vidal – Pepín 2007 ©

email: jvidal77@hotmail.com

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