Aguas Heces

Es mugroso el discurso de la abierta
poza donde se juran los engaños.
Emigra el mal olor, sigue los caños,
y acuden aguas heces a mi puerta.

Gimieron los molinos con la incerta
liturgia baladí de los extraños
sopores embriagantes de rebaños
que forman del saber la tiza muerta.

No asumo ni lo juzguen pertinente,
cada quien examine su locura
guardando en recovecos de la mente

el dudoso caudal de su postura.
Empapen aguas heces, que el regente
no logra discernir mi calentura.

José Vidal – Pepín 2007 ©

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